 |
| Se Equivocaron en la manta, no hay Internet Gratis pero tenemos el ciber café geek |
El "Salón Corona" (Historia real del Dr. Dinamita)
Aquel Tepeji de mis recuerdos nos llena de añoranza al pasar por la mente personajes de aquellos tiempos de los años 50 y 60. Recuerdo al señor Miguel Jiménez, activo, social y político, que organizara grandes actos en nuestro jardín municipal y con el apoyo de muchos jóvenes de esa época, que organizaban, en el salón "Corona" bailes de temporada como los carnavales; cuando bajaban de todos lados las chicas con sus zapatillas de punta y sus vestidos de vuelo, su cinturón ancho de color, montado en una crinolina. Ese salón, administrado por Malenita Arciniega, su hijo Pedro "Perico" Arciniega, un galán fuera de serie que muchas veces se le comparaba con el actor Joaquín Cordero, y quien tuviera siempre un carácter alegre y una buena sonrisa para recibir a todos sus compañeros de esa época.
En su fastuoso salón, amigos que formaron el legendario grupo de "Los Cariñosos", con el iba "Kiko Pacheco", Luis Manuel Pacheco "Cuco", Beto Muñoz, el "Cuate" Cruz, el chaparrito "Bertoldo"Pineda y Manuel Nolasco. Recuerdo que con su música dentro del salón hacían bailar a chicas como América Hernández(qepd), Yolanda Arciniega, Eloísa Jímenez, Guadalupe Osorio, Blanca Reyes, las hacían participar disfrazadas.
Recordamos a Lalito Ocadiz, Lupita, de la tlapalería "La Victoria", a la familia Mingues y tantas personas que escapan de mi memoria. Grandes tardeadas, tan simples, pero llenas de respeto entre todos esos jóvenes. Cuando nos mandaban los papás disque a cuidar a las hermanas mayores y nos dejaban dormidos en cualquier lugar que nos acomodaran, mientras ellas se divertían.
Recuerdo que terminado el baile nos daban un refresco "pep" de naranja para que nos calláramos la boca y no dijéramos con quien habían bailado de cachetito.
Era emocionante la competencia entre el salón "Corona" y el salón "Nezahualcóyotl", pues en una tocaban "Los Cariñosos" y en el otro Alejandro Carmona y su orquesta; unos cobraban veinte pesos y "Los Cariñosos" cinco pesos caballeros y tres pesos damas, y los refrescos de sabor a cincuenta centavos y la coca a sesenta centavos; aquél que pidiera una cuba le costaba dos pesos y en la explanada del jardín municipal, mientras llegaba la hora del baile, todas las chicas y chicos giraban alrededor del jardín presumiendo en cual salón estarían bailando.
Recordamos a un chico de esa época, musicólogo y que participara en grupos musicales y que también formara grupos en su momento, don Silvestre Curiel Mendoza, que junto con otros jóvenes le pusieron mucho ritmo a la música de "Los Cariñosos". Recordamos temas como "Florecita, florecita dónde estás que no te veo, tu perfume me hace falta, dime, dime dónde estas"; "Página blanca", "Cerezo rosa", temas que bailaban con suma elegancia y respeto, se inundaba el salón "Corona" y el salón "Nezahualcóyotl" de muchos aromas de perfumes y chicles. Era divertido ver a los chicos con sus zapatos muy boleados y brillosos, pero con grandes agujeros por abajo y que sabían de qué sabor era el chicle.
Yo, a mi edad, les hacía notar de este problema y a las señoritas cuando se les caían sus medias, no se porque todos me pendejeaban, si no era más que un señalamiento, mientras que afuera la paletería "El nevado" de don Félix, lucía llena de jóvenes que disfrutaban de su paleta, su coca, pambazos y enchiladas que vendían afuera doña Mariquita y la "Guerita" Dominguez y frente a ésta, la nevería "Los Alpes" de Memo Vega y Chelito Flores, con suculentas tortas de jamón y queso de puerco que hacían Blanca Zuñiga y Luchita Parra, donde acudía la gente que se sentía un poquito más; y créamenlo que se llenaban a reventar los salones y las neverías de chicos y chicas, y que en las sinfonolas de estos establecimientos se escuchaban "Popotitos", "El rock de la cárcel", "Tus ojos", "De chica en chica", música que se filtraba en los sentimientos de los enamorados, pues se acercaban a las sinfonolas depositando una moneda de veinte centavos y disfrutaban de su tema preferido. Era curioso que una canción, ya fuera bailada o escuchada, hiciera que se enamoraran y recordarse por siempre y hacer de esos momentos grandes noviazgos y grandes matrimonios.
Cómo olvidar aquél "Cine Río", donde sábados y domingos disfrutáramos películas de charros y de vampiros; recomendaban los bromistas que al acudir a este cine se llevaban paraguas, un palo y un tabique, el paraguas por si llovía, el palo para las ratas y el tabique para sentarse; aguas con las escupitinas que volaban de galería de treinta centavos a luneta de cincuenta centavos, cuando menos acordabas ya tenías el gallo colgando en el pelo o en la espalda, pero todo era diversión sana, nada de drogas, de en cuando alguna cerveza la disfrutaban estos chicos.
Mientras se llegaba el domingo, cuando nosotros contábamos con siente años de edad y nos apuntábamos para vender el periódico "La voz de Hidalgo", donde participábamos un servidor, Félix, Tacho, Pánfilo, periodico que distribuyera don Guadalupe Molina y su esposa doña Plácida, en el portal de don Rutilo Sánchez, donde estaba el restaurante "Los Girasoles" y que veíamos al día siguiente a todos estos jóvenes desboleados. En fin, esto llega a mi memoria de los jóvenes, mientras los papás degustaban sus bebidasen "Las Brisas" con don Amado "El gordo", su pulque con don Isaías y Tere García en "El juguete", haciendo competencia con la pulquería de doña Concha y de don Juanito, aunque muchos preferían una cerveza en casa de Cuellar.
Y así, todos estos recuerdos nos llenan de paz, pues nunca se escuchaban temas de drogas, de robos, o asesinatos, no había tiempo más que para vivir la vida en rosa y divertirse y las mamás de esos tiempos, entretenidas con sus comedias de "Chucho el roto", "Corona de lágrimas" o las películas de Pedro Infante y que mantuvieran la casa cerrada a las 9:00 pm y con la luz apagada, esperando todos el regreso de sus seres queridos, quienes salían sábados y domingos. Este es el Tepeji de mis recuerdos.
En su fastuoso salón, amigos que formaron el legendario grupo de "Los Cariñosos", con el iba "Kiko Pacheco", Luis Manuel Pacheco "Cuco", Beto Muñoz, el "Cuate" Cruz, el chaparrito "Bertoldo"Pineda y Manuel Nolasco. Recuerdo que con su música dentro del salón hacían bailar a chicas como América Hernández(qepd), Yolanda Arciniega, Eloísa Jímenez, Guadalupe Osorio, Blanca Reyes, las hacían participar disfrazadas.
Recordamos a Lalito Ocadiz, Lupita, de la tlapalería "La Victoria", a la familia Mingues y tantas personas que escapan de mi memoria. Grandes tardeadas, tan simples, pero llenas de respeto entre todos esos jóvenes. Cuando nos mandaban los papás disque a cuidar a las hermanas mayores y nos dejaban dormidos en cualquier lugar que nos acomodaran, mientras ellas se divertían.
Recuerdo que terminado el baile nos daban un refresco "pep" de naranja para que nos calláramos la boca y no dijéramos con quien habían bailado de cachetito.
Era emocionante la competencia entre el salón "Corona" y el salón "Nezahualcóyotl", pues en una tocaban "Los Cariñosos" y en el otro Alejandro Carmona y su orquesta; unos cobraban veinte pesos y "Los Cariñosos" cinco pesos caballeros y tres pesos damas, y los refrescos de sabor a cincuenta centavos y la coca a sesenta centavos; aquél que pidiera una cuba le costaba dos pesos y en la explanada del jardín municipal, mientras llegaba la hora del baile, todas las chicas y chicos giraban alrededor del jardín presumiendo en cual salón estarían bailando.
Recordamos a un chico de esa época, musicólogo y que participara en grupos musicales y que también formara grupos en su momento, don Silvestre Curiel Mendoza, que junto con otros jóvenes le pusieron mucho ritmo a la música de "Los Cariñosos". Recordamos temas como "Florecita, florecita dónde estás que no te veo, tu perfume me hace falta, dime, dime dónde estas"; "Página blanca", "Cerezo rosa", temas que bailaban con suma elegancia y respeto, se inundaba el salón "Corona" y el salón "Nezahualcóyotl" de muchos aromas de perfumes y chicles. Era divertido ver a los chicos con sus zapatos muy boleados y brillosos, pero con grandes agujeros por abajo y que sabían de qué sabor era el chicle.
Yo, a mi edad, les hacía notar de este problema y a las señoritas cuando se les caían sus medias, no se porque todos me pendejeaban, si no era más que un señalamiento, mientras que afuera la paletería "El nevado" de don Félix, lucía llena de jóvenes que disfrutaban de su paleta, su coca, pambazos y enchiladas que vendían afuera doña Mariquita y la "Guerita" Dominguez y frente a ésta, la nevería "Los Alpes" de Memo Vega y Chelito Flores, con suculentas tortas de jamón y queso de puerco que hacían Blanca Zuñiga y Luchita Parra, donde acudía la gente que se sentía un poquito más; y créamenlo que se llenaban a reventar los salones y las neverías de chicos y chicas, y que en las sinfonolas de estos establecimientos se escuchaban "Popotitos", "El rock de la cárcel", "Tus ojos", "De chica en chica", música que se filtraba en los sentimientos de los enamorados, pues se acercaban a las sinfonolas depositando una moneda de veinte centavos y disfrutaban de su tema preferido. Era curioso que una canción, ya fuera bailada o escuchada, hiciera que se enamoraran y recordarse por siempre y hacer de esos momentos grandes noviazgos y grandes matrimonios.
Cómo olvidar aquél "Cine Río", donde sábados y domingos disfrutáramos películas de charros y de vampiros; recomendaban los bromistas que al acudir a este cine se llevaban paraguas, un palo y un tabique, el paraguas por si llovía, el palo para las ratas y el tabique para sentarse; aguas con las escupitinas que volaban de galería de treinta centavos a luneta de cincuenta centavos, cuando menos acordabas ya tenías el gallo colgando en el pelo o en la espalda, pero todo era diversión sana, nada de drogas, de en cuando alguna cerveza la disfrutaban estos chicos.
Mientras se llegaba el domingo, cuando nosotros contábamos con siente años de edad y nos apuntábamos para vender el periódico "La voz de Hidalgo", donde participábamos un servidor, Félix, Tacho, Pánfilo, periodico que distribuyera don Guadalupe Molina y su esposa doña Plácida, en el portal de don Rutilo Sánchez, donde estaba el restaurante "Los Girasoles" y que veíamos al día siguiente a todos estos jóvenes desboleados. En fin, esto llega a mi memoria de los jóvenes, mientras los papás degustaban sus bebidasen "Las Brisas" con don Amado "El gordo", su pulque con don Isaías y Tere García en "El juguete", haciendo competencia con la pulquería de doña Concha y de don Juanito, aunque muchos preferían una cerveza en casa de Cuellar.
Y así, todos estos recuerdos nos llenan de paz, pues nunca se escuchaban temas de drogas, de robos, o asesinatos, no había tiempo más que para vivir la vida en rosa y divertirse y las mamás de esos tiempos, entretenidas con sus comedias de "Chucho el roto", "Corona de lágrimas" o las películas de Pedro Infante y que mantuvieran la casa cerrada a las 9:00 pm y con la luz apagada, esperando todos el regreso de sus seres queridos, quienes salían sábados y domingos. Este es el Tepeji de mis recuerdos.
Escrito por el Dr. Guillermo Osorio Guerrero (Dr. Dinamita)
(Este artículo fue tomado del periódico Diálogo)
